miércoles, 16 de enero de 2013

Experiencia de Servicio: Sushi Factory, Sucursal las Quintas



Bueno, que sea esta la primera experiencia de servicio del año. El fin de semana pasado tuve a visitar Sushi Factory sucursal Las Quintas, ya eran varios días que rondaba un antojo de uno de sus rollos, que finalmente el viernes tuve oportunidad de estar por ahí.
Factory es en definitiva uno de los triunfadores en un área de comida por demás competido, ninguno de los restaurantes pioneros vive o por lo menos sobrevive con alguna participación respetable en el mercado, Factory llegó a dar pelea cuando existía esa batalla por participar, supo asentarse, crecer y formalizarse (en procesos, en menú, sabor, imagen, etc.), lo que en definitiva le permitió sobrevivir y encumbrarse.
Procesos establecidos y enfocados al servicio al cliente (perfecto el hecho de saber que no únicamente se vende un producto, sino que este va de la mano con el servicio y ambiente en el que este se consume y que también importa),  prestando solo un poquito de  atención podemos  notarlo cuando se visita cualquier sucursal de Factory: 
1.       Recepción por parte de una hostess quien se encarga de dar la bienvenida y acompañar a los comensales a la mesa (excelente para administrar el flujo de la entrada)
2.       Tiempo que transcurre entre que el comensal toma asiento y el mesero visita la mesa y se presenta.
3.       Tiempo para revisar el menú y que regrese el mesero a tomar la orden
4.       Promedio de espera por el platillo, etc. Etc.
Los procesos y tiempos en la atención al cliente son en verdad algo bastante bueno, hasta cierto punto una “novedad” para muchos de los establecimientos de esta ciudad, pero que sin duda generan y nos dan certidumbre como clientes de una estancia agradable y por supuesto respeto a nuestro tiempo. 
En mi pasada visita a Factory las Quintas el caso de este valor agregado “no tangible”, me dejó con una impresión agridulce en mi visita. Hasta la atención de la señorita hostess todo transcurrió a la perfección, el mesero se acercó a nuestra mesa enfundado en una risa burlona, producto  de las “vaciladas” que en ese momento sostenía con sus compañeros, tomó la orden de bebidas, demoró más de 10 minutos en traerla, al regresar tomo el pedido de platillos, más interesado en las ideas de su cabeza en ese momento que por lo que teníamos que decirle, terminó de anotar y nos dedicamos a esperar por nuestros platillos, esperamos por un poco más de 20 (aplicando obviamente el clásico: “¿oiga le falta mucho?”), el gerente bastante interesado abordo nuestra mesa para preguntar si contábamos con la Tarjeta Gourmet,  intereses que terminó por desinflarse al decirle que si la tengo pero se me olvidó, mal disimulado el fastidio por el speech infructuoso que acababa de recitar.
El primer platillo llegó a la mesa con perfecta presentación y con la gélida temperatura que suele acompañar un platillo olvidado, fue necesario solicitar al gerente regresarlo a cocina para calentarlo. 7 minutos después llegó el segundo platillo, ahora solo esperábamos por aquel primero vuelto a la cocina. 
El sabor de los productos… bueno, justo lo que esperaba y que me había movido a visitar el lugar.El servicio tardado e inconsistente, incomodo de muchas formas. 

¿Volveré a Sushi Factory alguna vez?... probablemente sí, una vez que asimile la gran lección de:  “Apatía por el servicio” percibida en el lugar.

Gracias por pasar al blog.
Macu.

2 comentarios: