Una de esas agradables sorpresas que se agradecen como cliente.
Circulando por la tienda, me encontré con una mesita llena de botellitas de agua. Encima de ella, un cartelón amable:
“Tome uno.”
Eso fue todo. Y fue suficiente.
Bien, Coppel. Bien.
- Fina atención.
- Consciencia del cliente… y del calor excesivo que vivimos en la ciudad.
- Un gesto que, sin decir mucho, lo dice todo. La llave Coppel, ¿Será que tienen la llave de mi corazón?
Una sonrisa, una palmadita mental y una hidratación cortesía de la casa.
Gracias.
:)
Macu. Kitschmacu
💧 A veces el marketing no viene en una campaña. Viene en una botellita fría que aparece justo cuando la necesitas.
