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martes, 6 de septiembre de 2016

Coppel es para ti





Coppel, mi Lovemark mexicana.

Coppel es una de las marcas sobre las que más me gusta escribir en este blog. ¿Por qué? Por su buen trabajo de comunicación, por la evolución de su marca a lo largo de los años, y por la cercanía con la que la percibo. Coppel es real, tangible y, para mí, entrañable.

En uno de mis posts viejitos contaba cómo, de niña, solía esperar a mi mamá en las escaleras de Coppel Escobedo. A veces íbamos a buscar ropa nueva para el Día del Niño: mi hermano, yo, los zapatos recién salidos de su caja, mi mamá con su tarjeta amarilla, esa misma que sigue firmada desde hace más de 30 años.

Recuerdo los anuncios en la TV local, cuando llegaba la temporada de calor y anunciaban “la llegada del diablo del calor” para recordarnos que en Coppel podíamos comprar abanicos, coolers y aires acondicionados para sobrellevar la temporada.

El olor a la tienda. Las escaleras. La ropa nueva. Mi mamá. La infancia.

Hoy, desde hace ya varios años, Coppel nos dio la bienvenida a lo que se conoce como la Attraction Economy. ¿Qué es eso? Es la capacidad de una marca para entretener, satisfacer y sorprender a las personas a través de sus gustos, pasiones y emociones.

Y con esta Attraction Economy, Coppel nos presenta el amor. Un amor que llega para quedarse. Un amor que genera conexión emocional con sus consumidores, y que se convierte en su gran diferenciador (y sí, por eso sus anuncios son tan irresistiblemente bonitos y nos llegan directito al corazón).

Somos seres emocionales. Entonces, ¿por qué habríamos de dejar fuera las emociones en la comunicación, en la publicidad, en la industria? No hay razón. Y Coppel lo entendió muy bien. Tan bien, que —como escribí hace algunos posts— la considero la primera gran Lovemark mexicana.

Lovemark = Respeto + Amor

Ese es el objetivo: una combinación de emoción y un respeto sólido.
El respeto se convierte en lealtad, y esa lealtad va más allá de la razón.
Es justo ahí donde aparece el amor… y comienza la revolución creativa.

¿Cómo no amar la comunicación de Coppel si en cada campaña nos cuentan una historia?
Nos recuerdan el paso del tiempo, el esfuerzo, el amor de familia, la ternura de mamá, la complicidad de la pareja, la ilusión de los niños, la recompensa de confiar. Coppel es la llave par muchísimas cosas, para muchos sueños, para muchas realidades y verdades. 

Experiencias emocionales. De esas que vivimos todos los días.

Macu. Kitschmacu.

Pd. Y además salen perritos en sus anuncios. Ah, y gatitos. Más amor, gracias. 🐾

martes, 21 de abril de 2015

Coppel. El amorómetro




Coppel le gana tiempo al tiempo y lanza un spot amoroso, totalmente dirigido a las emociones. El Día de las Madres se acerca y qué mejor forma de recordarlo que con este video que, sinceramente, me sacó la lagrimita.

Desde estas primeras líneas lo digo: buena parte del spot contuve la respiración. Me estoy estrenando como tía doble, y todo lo que tiene que ver con niños, descubrimientos y sentimientos me llega directo al corazón.

El amorómetro, la llave de un aparatito que lleva directo al corazón

Es un aparato con casco divertido y una maquinita con carita de robot y corazón. Mide gusto o disgusto ante objetos sorpresa. Y lo hace con ternura, humor y verdad.

Lo que me fascinó:

  1. Ambientación impecable: estilo sueco, limpio, iluminado.
  2. La doctora-investigadora: empática, concreta, cercana.
  3. Niños siendo niños: reales, curiosos, expresivos.
  4. Sonrisas constantes: cada toma es una chispa de luz.

¿Qué encierra este video?

Nos permite recordar hasta la última fibra del ser el primer amor que conocimos. ¿Cómo no estremecerse ante esa emoción casi tangible?

Bien, Coppel. El branding está consumado. La marca se consolida en el terreno emocional. Estamos viendo nacer una Lovemark mexicana con fuerza real.

El amor en las marcas llegó para quedarse. Y eso… eso sí que diferencia.

Macu. Kitschmacu.
The girl who knew too much.

Post No. 1410

💖 El amorómetro no solo mide emociones. Las devuelve al corazón en forma de recuerdo.

martes, 18 de noviembre de 2014

De lo más bonito de diciembre: los spots navideños de Coppel. Ilumina tu navidad. 2014


De las mejores partes que tiene la época decembrina —desde la parte del marketing y desde mi punto de vista— son, definitivamente, los spots navideños de Coppel.

Como lo he dicho en años pasados y en posts anteriores: encontraron la esencia de su comunicación. Conocen perfectamente a su mercado, lo potencializan y lo dignifican de una manera sensacional.

También se han dado a la tarea de entender esos grandes sentimientos que nos mueven y que se sienten más a flor de piel en estos últimos días del año: un reencuentro, una ilusión, una sorpresa, una familia. En cada una de las pequeñas historias que aparecen al dar vuelta a las páginas pop-up del libro (bien ahí, muy bien), me sentí identificada. Me hicieron sentir… sentir la emoción de viajar, recorrer el camino, acortar la distancia, llegar el día de Nochebuena para esperar la Navidad en una casa con familia, con quienes esperan estar todos juntos y compartir.

Me hicieron recordar mis navidades de niña, cuando más de una vez desperté por la madrugada y salí corriendo al arbolito a buscar mis regalos. Entre la oscuridad, el frío, la emoción y las carcajadas infantiles. El rapport con el labrador me conquista total y rotundamente (tengo un labrador, y justo tiene también una diademita navideña que se pone mientras yo preparo el pinito en casa).

Cocinar la cena en familia, el esmero, el amor, el sazón especial que se pone por el simple hecho de estar en compañía. En el suave y entrañable festejo que brinda la ocasión. Esa mezcla de experiencias, de años, de vida, conjugada y resumida en un tierno amor de hogar.

El factor clave en los esfuerzos navideños de Coppel ha sido la continuidad. Una continuidad que, sin perder su esencia ni su foco, resulta propositiva cada año. Cuentan una historia bien pensada, bien contada, exquisitamente trabajada desde la parte visual. Un deleite auditivo también. Hoy me pareció un ritmo más cadencioso e íntimo el de “Ilumina tu Navidad”, mucho más vocal. Un spot que puede verse muchas veces, entonarse muchos días y hacer sonreír un poquito en cada vista.

Felicidades por esta joya.

Macu. Kitschmacu.
Gozos, risas y felicidad.

PD. Preferí centrarme en la parte emocional del video, más que en lo técnico. El mensaje de sentimiento que lograron transmitir es muy poderoso y disfrutable. Los tecnicismos salen sobrando.

viernes, 30 de mayo de 2014

Coppel. Tu familia es el MEJOR equipo



Coppel tiene muy bien identificado el tono, color y forma en la que quiere comunicarse con la familia que acude a sus tiendas. Maneja con gracia la imagen de familia aspiracional e inspiradora por la que su mercado lucha, y que con la ayuda de la marca, puede alcanzar.

Esto se plantea con claridad en su comunicación: campaña tras campaña, un acierto rotundo.

El arte está ahora en seguir hablándole a esa familia de manera empática, trabajando el rapport y la confianza, sin descuidar las aspiraciones, logros y la fidelidad de la marca.

Spot: ¿Jugamos?

Este primer spot es dinámico y atractivo. ¿Quién no metió un balonazo por la ventana alguna vez? La magia comienza justo ahí: la pelota recorre la casa buscando a sus habitantes.

Esto permite mostrar ropa coordinada (niños, jóvenes, caballeros, damas), muebles y productos disponibles en tienda. La casa es limpia, amplia, cálida y real. Me encantó ver al papá y al hijo compartiendo, la hija practicando yoga, mamá en la cocina junto con doggy.

Confieso: me tienen atrapada desde el primer labrador que apareció en los spots de Jesse y Joy. El canino es el click emocional completo. Quien lo pensó… genio antropológico.

Y atención: el radio-despertador-estéreo-bluetooth-doble bocina Daewoo aparece un segundo más en pantalla. ¿Fue casual o una técnica de "producto en escena"? Si fue lo segundo: excelente uso clásico desde 1890. Si fue casual, le están haciendo un favor a la marca.

Bien por el cierre: la pelota vuelve a su origen con una invitación al juego. Cálido, emocional, familiar. Difícil de resistir.

Spot: Tu familia es el MEJOR equipo

Empiezo con una pregunta: ¿por qué fue el niño quien narró el spot?

Supongo que se quiso dar continuidad con el spot del balón. Pero… ¿por qué no la mamá? No soy partidaria de usar niños como spoken person en spots donde el valor de la transacción es alto. Lo explicaré.

La marca tiene que saber con qué voz habla. En la vida cotidiana decimos: — “La compré en la Coppel.” — “Vamos al Vips.”

A las marcas les atribuimos género. Coppel tiene voz femenina. Y ese es un punto fuerte.

Las decisiones de compra familiares las toma la mujer. Puede que el caballero pague, pero es la mujer quien decide qué, cómo, de qué color y con qué características se adquiere. ¿Por qué entonces no darle voz a la mujer?

Un niño no transmite la misma credibilidad en compras pensadas. Niños funcionan para productos de bajo costo o impulso: juguetes, dulces, hamburguesas. No para decisiones de muebles, electrodomésticos o ropa.

Un adulto habla con otro adulto. Con historia, criterio, experiencia y responsabilidad financiera.

Imaginar a la mamá narrando el spot le daría otro tono. Más empatía. Más contundencia. Más coherencia.

Conclusión: Muy buen trabajo el de estos spots. Historias claras, dirección sólida, mensaje emocional. Mi reconocimiento total al rumbo que lleva el trabajo de la marca. Coppel, una llave poderosa.

Macu. Kitschmacu

🎯 Un buen spot emociona. Un gran spot, además, sabe quién debe hablar.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Post 1,000: Un golden retriever, Jesse & Joy, y el paraíso familiar según Coppel. Ilumina tu navidad 2013


Hoy es jueves 5 de diciembre. No es mi cumpleaños, pero desde ayer experimento una sensación rara… como las horas previas a mi verdadero cumpleaños. Un día importante.

Bueno, al menos para mí, hoy es relevante: llegar al post 1,000 no es cosa de todos los días. Y eso me tiene bastante contenta.

Para conmemorar este momento, toca turno a una de mis marcas nacionales favoritas: Coppel, la muy querida Llave :). Si han leído mis notas anteriores sobre la marca, ya saben por qué.

Ilumina tu Navidad

Por segundo año consecutivo, Coppel presenta para esta época decembrina a Jesse y Joy como voceros. No soy fan de los spoken person, pero esta elección es distinta: dieron en el clavo.

Me gusta la continuidad con el trabajo hecho en 2012. Este nuevo spot es más pulido, más esmerado. Tiene una base sencilla, pero real para muchas personas en Navidad: trabajo, traslado y familia.

La idea rectora del guión (en la versión extendida que comparto aquí) es clara: Después de una jornada laboral, Jesse y Joy se dirigen al encuentro de su familia. Enfrentan obstáculos, pero logran reunirse con quienes ya los esperan en casa.

El valor estético del spot es verdaderamente interesante: Todo está en su lugar. El apparel, las tomas, la escenografía, la danza de colores. Una mezcla entre lo propio y lo aspiracional, presentado como alcanzable.

Se transmite seguridad, naturalidad, motivación familiar, intimidad, relaciones, amor. Un cóctel de edades e identidades que produce una idea homogénea de calidez: la dulce espera del ser querido.

Me gusta el showing de mercancías: ropa, calzado, muebles, tablet. Fluye natural. Lanza un anzuelo aspiracional bien dirigido. La audiencia lo recibe con placer. Y se refleja.

Muy buen trabajo el de este año 2013 para Coppel.
Ilumina tu Navidad encontró y trabajó con los elementos perfectos.

Este es el post No. 1,000 en kitschmacu.com. Muchas gracias.

Macu. Kitschmacu

🐕 PD. Amo el minuto 2:03, cuando sale corriendo el golden retriever a recibir a los recién llegados.

jueves, 8 de agosto de 2013

Buzz, moda y música: Coppel con fórmula perfecta para el regreso a clases



¡Frescura!

Hace poco escribí sobre otro spot de Coppel (oh sí señor, la Llave llega a este blog otra vez), y algo me queda claro: algo muy bueno está pasando. Los tiempos de aparición en TV son atractivos, visualmente efectivos. Tomas limpias, iluminación perfecta, coordinación de moda impecable.

Estuve en tienda el domingo. Reconocí mucha de la ropa del spot en los muebles, y los zapatos… en exhibición. Eso, señoras y señores, es consistencia visual.

La elección de los Vázquez Sounds para conectar con un target juvenil fue excelente. Muy aspiracional —e increíblemente bien ejecutado—. La historia de los hermanos en la escuela, el mini concierto que integra a los estudiantes, el buzz que se genera, los celulares que capturan el momento, las tablets que lo amplifican. Justa mezcla de realidad y cotidianidad.

Todo esto, por cierto, resulta perfecto para mostrar productos de tecnología:

  • 📱 Celulares
  • 🎧 Audífonos
  • 📲 Reproductores personales
  • 💻 Tablets

Y todo en escena, sin parecer forzado.

La fórmula mercadológica algebraica:

((Historia sencilla + insights bien conocidos + elementos visuales excelentemente bien trabajados)(marca)) + (clásico de la música)

¿Resultado?
Un spot limpio, contagioso, positivo, joven, poderoso e integrado.

Muchas felicidades.

Macu. Kitschmacu

📶 Cuando la música y la moda se encuentran con el buen branding, no hay algoritmo que lo detenga.

viernes, 15 de marzo de 2013

Coppel. Tú no, tu: cuando la tilde también comunica



No es que yo sea experta en acentuación, tildes y demás embrollos de la lengua española, pero si el diccionario, Wikipedia y mis cálculos no fallan, emmm… Houston —digo, Coppel— tenemos un problema.

Un banner exterior, grande, muy grande, colocado en una tienda (y probablemente en varias más), decía:

“Tú crédito en Coppel vale más que el dinero.”

Entonces tenemos que:

  • "Tú" (con tilde): pronombre personal, segunda persona del singular.
  • "Tu" (sin tilde): determinante posesivo.

Por lo tanto, lo correcto sería:

“Tu crédito en Coppel vale más que el dinero.”

No pasa nada mi llave preciosa. Suele suceder. Pero también suele quedar enorme, impreso, visible y… bueno, aquí estamos.

Macu. Kitschmacu

✏️ Un acento puede parecer un detalle, pero en una marca… también comunica.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Para ti, Coppel: datos, juguetes y la oportunidad de hablarme de tú a tú




Desde hace meses tengo en mente una idea que me parece interesante. No sé si ya la usan, o si ha pasado por su radar, pero aquí va...

Como he comentado antes, siempre regalo juguetes a mis ahijaditos, sobrinitos e hijos de amigas. En sus cumpleaños, o en Navidad, nada emociona más a un niño que recibir algo con qué jugar. (Seguramente con las mamás la ecuación corre al revés). Pero en lo que respecta a los niños, es seguro: en diciembre y en sus fechas importantes, el regalo de la Nina Macu será un juguete.

Mis picos de compra son fáciles de rastrear: diciembre (Navidad), y luego abril, agosto, septiembre y noviembre (cumpleaños). Si alguien revisa mi historial de compras, verá que desde hace cinco años hago adquisiciones en esas fechas y en el mismo segmento: juguetes.

Hace poco, en agosto, me preguntaron por qué siempre compro en el mismo lugar. La respuesta: todas mis compras de juguetes —navideñas o de cumpleaños— son en Coppel. Ya lo he escrito aquí y lo repito cuando alguien me lo pregunta.

¿Por qué Coppel? (además que de dije hace unos posts que tendrían la llave de mi corazón ajaajaj)

Porque tiene una existencia interesante de juguetes (eso me gusta). Porque no me pierdo entre pasillos infinitos. Porque hay estilos y opciones para todas las edades: bebés, niños, niñas. Porque venden marcas reconocidas, con precios similares a los de otros lugares. Y porque no me desgarro las vestiduras buscando promociones. No gasto tiempo, ni gasolina, ni energía comparando aquí y allá.

También me preguntaron si lo que me atrae son las mensualidades. En realidad no. Suelo liquidar mis compras al mes. —“¿Entonces hay descuento en juguetes?”, me dijeron. —“No. De hecho, rara vez hay descuentos”, contesté.

A raíz de esa conversación, me puse a pensar. Como clienta de Coppel, creo que hay una oportunidad de comunicación que aún no se ha aprovechado. Y creo que no soy la única. Hay otros perfiles como el mío.

Ustedes, Coppel, tienen mi historial. Soy su clienta. Tengo su tarjeta. Ustedes saben más de mí que yo misma: cuánto gasto, en qué meses, qué tipo de productos compro, cuántos triciclos he adquirido (dos años seguidos la misma marca), que este año volveré a comprar un patín del diablo. Toda esa información está en sus archivos. Estoy en sus datos.

Entonces, ¿por qué no usarlo para establecer una conversación más segmentada y directa?

¿Qué imagino?

  • Un boletín electrónico con imágenes de novedades, marcas y productos del segmento que ya compro.
  • Una herramienta para ustedes que puede ser útil incluso para negociar con proveedores (más volumen, mejores plazos, mayor impulso a marcas).
  • Un cupón con código único que me llegue a mi correo. Lo imprimo, lo presento en tienda, y obtengo un descuento válido por 15 días o un mes.

Ustedes aumentan mi ticket promedio. Yo obtengo valor inmediato.

¿Y si también lo hacen durante los meses en que no estoy comprando?

¿Qué tal una tarjeta azul Coppel que se pueda programar para usar en el departamento de mi preferencia: juguetes, zapatos, electrónica, etc.? Y que cada compra —o cada abono cumplido— me sume a sorteos, beneficios, puntos. Eso me motiva. Me hablas de tú a tú. Ambos ganamos.

Tienen los datos. Tienen los medios. Tienen la posibilidad de crear valor para el proveedor, para ustedes como tienda, y para mí como clienta. Los nichos ya están ahí. Solo falta encender la conversación.

¿Qué te parece?

Nos vemos pronto, que voy por el regalo de los niños.

Macu. Kitschmacu

🎁 El mejor marketing no es el que habla de descuentos. Es el que entiende los hábitos, escucha al cliente y responde con intención.

lunes, 30 de julio de 2012

Sorpresa Coppeleña. Tome uno: cortesías, calor y pequeños gestos que dicen mucho




Una de esas agradables sorpresas que se agradecen como cliente.

Circulando por la tienda, me encontré con una mesita llena de botellitas de agua. Encima de ella, un cartelón amable:

“Tome uno.”

Eso fue todo. Y fue suficiente.

Bien, Coppel. Bien.

  • Fina atención.
  • Consciencia del cliente… y del calor excesivo que vivimos en la ciudad.
  • Un gesto que, sin decir mucho, lo dice todo. La llave Coppel, ¿Será que tienen la llave de mi corazón?

Una sonrisa, una palmadita mental y una hidratación cortesía de la casa.
Gracias.

:)

Macu. Kitschmacu

💧 A veces el marketing no viene en una campaña. Viene en una botellita fría que aparece justo cuando la necesitas.

jueves, 15 de marzo de 2012

Coppel Canada: La vida se camina: pasos, emociones y un spot que se queda







Estos nuevos spots de Coppel Canadá los veía empezados en la tele. Siempre justo cuando ya habían arrancado. Hace tres días los subieron a YouTube y, por fin, pude verlos completos: 31 segundos cada uno, nuevecitos, todavía con menos de 100 vistas.

Confieso que me gusta la idea. Mucho.

La vida se camina. Y sí, estoy de acuerdo con vos.

Los pasos de un niño aprendiendo a caminar.
El adolescente que toma valor, se acerca y le da un beso a la chica que le gusta (lo amé, todo tímido, todo apenado, pero victorioso).
La niña con uniforme y mallitas que ve un charco y salta con decisión.
Las muchachas que van por el pasillo.
Ese gran paso: una boda.

La boda de Laura Guzmán.
(Ahí anda su tarjetita pegada en todos los carros repartidores de la empresa, hasta que me tocó conocerla.)

Buenos spots. Buena idea. Buena ejecución.
Tomas limpias, historia clara, emoción auténtica.

No siempre la publicidad logra narrar sin empujar. Aquí sí lo lograron.

Y si tuviera que quedarme con algo más que los 31 segundos, sería esto: hay campañas que se vuelven una especie de llave... no solo abren puertas a la marca. Abren conversación, recuerdos y emociones. Y esas son las que se quedan.

Macu. Kitschmacu

💛 La vida se camina. Paso a paso, historia a historia. Algunas marcas también aprenden a hacerlo así.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Dirigibles, souvenirs y otras alegrías memorables. Coppel y el souvenir Amarillo



La semana pasada me regalaron un souvenir durante un evento en el que participamos como patrocinadores, junto con otras empresas. El objeto en cuestión: un mini dirigible amarillo. ¡Está padrísimo!. Tiene esa textura de pelotita antiestres y, aunque no sea su propósito, lo usé varios días como antena de carro en mi camioneta. Porque sí. Porque me hizo feliz.

Hasta ahora, es el souvenir más memorable que he recibido en años. No recuerdo otro que me haya gustado tanto, al que le haya dado un uso extra, o al que —como este— le haya dedicado un post.

Bien por este regalito, Coppel. Bien... Y bueno si hubiera sido un souvenir de la llave Coppel... ¡ufffff!

Regresando al dirigible ajajajaja...vino el recuerdo.

Hace años, cuando lanzaron el dirigible tamaño natural aquí en la ciudad, me tocó verlo una mañana mientras iba manejando rumbo al trabajo. Venía por una calle con perspectiva larga y, de repente, al fondo, ahí estaba: el dirigible amarillo de Coppel, flotando con todo su esplendor.

Fue sorpresa total. En la ciudad no estamos acostumbrados a esas demostraciones mercadológicas. Muchos sacamos el celular para tomarle foto —yo incluida— y fue mi tema de conversación en la oficina ese día:

“¿Vieron el dirigible de Coppel? El grandote que andaba volando por la mañana.”

Obviamente nadie lo había visto porque todos habían llegado antes que yo.

Pero yo lo vi. Y lo recuerdo.

Por su atención y preferencia, gracias.

Macu. Kitschmacu

💛 Un buen souvenir no solo se queda. Se recuerda, se usa, se cuenta. Y si flota… mejor.