Tropicana 1980: cuando un rediseño de empaque costó millones y rompió corazones
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El rediseño de Tropicana en 2009 es uno de esos casos que se estudian en branding y también se recuerdan con algo de pena ajena.
PepsiCo decidió cambiar la imagen de su clásico jugo de naranja Tropicana Pure Premium, reemplazando la icónica naranja con popote por un vaso genérico y una tapadera en forma de naranja.
El resultado: un desastre emocional y financiero.
🧃 El cambio que nadie pidió
Los consumidores reaccionaron con furia: cartas, correos, llamadas. Algunos calificaron el empaque nuevo como “feo”, “de marca genérica” o simplemente:
“The new cartons stink.”
El problema no era el jugo. Era lo que ese popote decía sin decirlo: naturalidad, familiaridad, frescura. El vaso no lo logró. La marca perdió conexión emocional.
🎯 Arnell + Omnicom + $35 millones
La agencia responsable del rediseño también lanzó la campaña “Squeeze, it’s natural”, con papás abrazando hijos.
Pero nada pudo contra la nostalgia colectiva. En menos de dos meses, Tropicana regresó al diseño anterior.
¿Costo de la marcha atrás? No lo dicen. Solo aseguran que “isn’t significant” (sí, claro).
🍊 A veces, cambiar el empaque es cambiar el alma del producto. Y eso no se perdona tan fácil.
¿Y nosotros?
Este caso lo demuestra: el consumidor no solo compra, también recuerda, se vincula y exige.
Un rediseño sin escuchar, puede costar más que una mala campaña.
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Macu.Kitschmacu