domingo, 16 de noviembre de 2025

La licuadora Oster que tu mamá cuida más que a ti (nostalgia mexicana pura)

 

😘 La licuadora Oster que tu mamá cuida más que a ti

⏱️ 3 min de lectura

En cada hogar mexicano que se respeta hay una licuadora Oster de vaso de vidrio. No es tendencia, no es capricho, no es moda: es patrimonio nacional, es patrimonio emocional… y en una de esas hasta familiar.

Tu mamá la tiene desde antes de que tú nacieras. Antes de tu CURP ya había salsas y licuados hechos ahí. Y sí: cuida ese vaso de vidrio más que a ti.

Tú te podías caer de la litera, rasparte las rodillas, perder la cartulina del lunes… pero si quebrabas el vaso de la Oster, había misa de cuerpo presente.

Ese vaso es como un monumento familiar: sobrevive mudanzas, enojos, reconciliaciones, domingos de chilaquiles, dietas que duraron 48 horas y antojos de fresa con leche a las 10 pm.

Y un día, sin avisar, te llega el momento. Así, de la nada, como llegan las cosas buenas. Estás ahí, frente a la caja envuelta en papel brillante, tu mamá sonriendo con un orgullo extraño, casi solemne. Tú piensas que es un perfume, un topper fancy, una vela cara…

Pero no.

(De todas formas ya se te hacía muy grande la caja para que pudiera ser cualquiera de las opciones anteriores.)

Es una licuadora Oster de vaso de vidrio. Tu primera. Tu rito de paso. El bautizo oficial para entrar al club de “señora funcional” (no importa si eres hombre, mujer… todos y todas podemos ser señoras).

Porque en este país, recibir una Oster no es solo recibir un electrodoméstico: es recibir la responsabilidad, la tradición y la capacidad sobrenatural de hacer salsa sin salpicar el piso.

Y ahí lo entiendes: ese vaso de vidrio no es frágil. Lo frágil era uno, creciendo.

El vaso siempre estuvo ahí, firme, pesado, transparente… aguantándolo todo.

Y ahora es tu turno de cuidarlo.

Macu.Kitschmacu

Más historias que huelen a cocina mexicana y nostalgia suave: porque algunas cosas saben a hogar antes que a receta.

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viernes, 14 de noviembre de 2025

Sábado


 Era tan temprano que aún no se escuchaban los camiones que pasan por el bulevar detrás de mi casa.

Tenía tanto sueño, pero le gané al despertador.

Abrí el clóset, busqué mi uniforme:
blusa azul cielo,
falda azul marino.

Primero la blusa.
El botón que va después del del cuello me lo abrocho primero; así evito que me quede chueca.
Luego la falda.
Blusa fajada, calcetas blancas, zapatos negros.
Lista.

No pasan los camiones. Qué raro.
Mis papás no se han levantado.
No se escucha a nadie en la cocina.
La luz de la escalera está apagada.

Cierro el clóset.
Me abrocho las agujetas.

Ayer fue la clase de deportes.
Después tuvimos la de la maestra Sarita.
Ayer fue viernes.

He madrugado el sábado.

Por eso no pasaban los camiones.
Por eso la cocina está en silencio,
la escalera oscura,
y mi casa durmiendo.

jueves, 13 de noviembre de 2025

Qué hacer cuando la nostalgia se antoja a chocolate Toblerone (guía breve)


 

⏱️ 1 min de lectura

Instrucciones para abrir un Toblerone cuando la nostalgia te pique

1. Rompe un triángulo, aunque no sea el más perfecto.

2. Muérdelo por la esquina, como si ese fuera el orden natural.

3. No pienses en la persona que te regaló el primero.

4. O sí. A veces se vale.

5. Recuerda que la nostalgia no engorda, pero sí aprieta.

6. Termínatelo con calma. Saboréalo. 

7. Y cuando acabes, piensa si el antojo era chocolate…
o un abrazo que no llegó.

Macu.Kitschmacu

✨ “A veces la dulzura que buscamos no está en el chocolate, sino en lo que nos recordó.” ✨
🍫 Más historias para antojos emocionales:
Explora mis textos, objetos, bueno recuerdos y pequeñas escenas que también hacen ruido.
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La casa de Johanna

 

La casa de Johanna es muy chiquita.

Hoy por la tarde fuimos a hacer la tarea ahí.
Digamos que está cerca de mi casa, pero más cerca de la casa de mi amiga Zulema.

Johanna vive en un departamento con sus papás y su hermana.
Se acaban de cambiar de casa.
Creo que su papá se quedó sin trabajo o algo así.
Es un lugar muy chiquito y con poquita luz.
El departamento está en un segundo piso, que más bien parece primero, porque el primero está como en un subterráneo.

Mejor hubiera hecho la tarea yo sola.
Pasan las horas y de plática mucho, pero de tarea nada.
No sé qué les da tanta risa a las demás.

Vanessa está sentada en el sillón; Dalia y yo nos miramos sin hacer nada, pensando en la tarea de biología.
Leonor y Johanna platican y se ríen.
Se conocen desde chiquitas, creo que son mejores amigas y se cuentan todo.

Johanna se siente muy bonita y les gusta a varios del salón.
Siempre se está riendo, aunque no le va muy bien con los maestros.
Tiene el cabello bonito y café.

Ya está oscuro.
Y nos tenemos que devolver caminando.

Macu.Kitschmacu

miércoles, 12 de noviembre de 2025

A ver, ven.

 


A ver, ven.

Seguro no estás haciendo nada.
Ayúdame y ve a echarle agua a la plancha, que tengo todo esto que planchar.
De veras que no piensan en uno, nomás enpuercan ropa como si una no tuviera otra cosa que hacer más que estar lavando y planchando.

Ve nomás…
Mal van a estar listas cuando otra vez hay que hacer lo mismo.
Ya ni la muelen, de veras.

Mira, échale agua a la plancha aquí, en este hoyito, pero agua de garrafón, porque con agua de la llave luego dicen que se echan a perder por el sarro.
Eso le pasó a una muchacha que trabaja conmigo: le echaba agua de la llave a su plancha y le duró bien poquito.

¿Ya?
Bueno.

Ahora ve y moja estos trapitos, y los exprimes bien.
¡Ve nomás cómo me los traes, estilando!
Vuelve a exprimirlos con ganas, que me van a mojar la ropa.
Con estos trapitos voy a marcar la raya de la manga de las camisas.

De veras, yo no sé cómo hay gente que va por la vida así, sin plancharse la ropa.

Exprime bien esos trapos, que yo no me puedo mojar porque estoy caliente por la plancha,
y luego salen reumas.

Los doctores dicen que no es cierto, pero por eso las señoras de antes duraban tanto: porque se cuidaban.

Ahora sí los dejaste bien.
Yo te hablo ya que necesite algo.
Vete a hacer lo que estabas haciendo.
Tráeme agua, ya me dio sed.

Macu.Kitschmacu

martes, 11 de noviembre de 2025

En mi casa tenemos una videocasetera Beta

 


En mi casa tenemos una videocasetera Beta, una VHS y aire acondicionado, que prendemos para dormir todos a gusto en el cuarto.

En la sala hay un estéreo donde mi papá pone música por la mañana. También se pueden poner discos —de esos grandes de Rocío Dúrcal— y casetes, de esa música que les gusta a los señores.

Hay una tele en la sala de arriba y dos mecedoras: una para mí y otra para mi hermano. Como la tele es una y siempre nos estábamos peleando por ver cosas diferentes, mi papá dijo que el primero que la prendiera mandaba, y el otro tenía que hacer caso.

En la casa de mi tío tienen una tele con control remoto.

Y mi primo, que vive en otra ciudad, allá puede ver el Canal 5.

Me gustaría vivir allá porque en ese canal siempre pasan caricaturas; no como aquí, que solo se ven dos canales y las pasan un ratito por la tarde.

Cada vez que hay comerciales me gusta bajar y ver qué hay de comer en el refri. A veces me hago un sándwich, a veces me tomo un yogur.

El piso de mi casa es blanco y tiene manchitas grises.

En Navidad quiero que me amanezca el juego ese que vi en la tele, donde hay un tiburón que se mueve y uno tiene que tirar los dados. Cuando lo vea en el súper, le diré a mi mamá.

En mi casa la tele no tiene control remoto: tiene unos botoncitos plateados y delgaditos, a los que hay que picarle para cambiar de canal.

A eso de las cinco de la tarde pasa el señor de los elotes en su bici. A mí me gustan con chile y limón. A veces hay que gritarle para que se pare y nos venda. Es un señor muy amable.

Mi mamá me dijo que hoy, por la tarde, a las cuatro, sale She-Ra en la tele y, luego, He-Man.

Ya quiero aprender a leer, para ver en el periódico lo que va a salir en la tele y las películas del cine.

Macu.Kitschmacu

lunes, 10 de noviembre de 2025

Me gusta la geografía

 


Me gusta la geografía.

Lástima que toca clase hasta el jueves a las once…

¿Por qué le dirán campamocha a la maestra?

A mí me cae muy bien.

¿Será por el pelo alborotado?

¿Será porque es muy flaca?

No sé.

Tampoco sé qué le vio Mauricio a la del segundo “B” para que se la pase platicando con ella cada cambio de clase y en el recreo.

Roberto me gusta, pero sus papás lo van a cambiar de escuela… a un colegio, creo.

“Niños Héroes”, algo así me dijo que se llama la escuela a la que va a ir.

Lástima que ya no lo voy a ver.

Me gustan sus pecas, que se parece a un artista que sale en la tele y que siempre me está contando algo.

Creo que nos llevamos muy bien.

A veces sueño que nos besamos.

Fabiola me preguntó si éramos novios.

Claro que le dije que no, y que yo no tenía tiempo para esas cosas, que ahorita lo que me importa es estudiar y tener un buen promedio.

Hay una canción que está de moda… pero está en inglés.

Aquí la única que sabe inglés en el salón es Lourdes.

Quién como ella, que la tiene fácil; además es muy inteligente.

Su mamá es maestra y le explica las cosas después de clases.

En la tarde necesito ir a la papelería a comprar hojas milimétricas para hacer la tarea de las ecuaciones de la parábola.

¿Venderán de esas en la papelería que está cerca de mi casa?

¿O tendré que ir a la otra, la que está más lejos?

¿Qué habrá hecho de comer mi mamá?

¿Por qué me duele la panza?

Macu.Kitschmacu