martes, 3 de julio de 2018

La Fun Morality de Lipovetsky







Estoy leyendo algo interesantísimo de Gilles Lipovetsky, en esta lectura el escritor hace mención de la sociedad del objeto, es decir aquella que instaura un culto (excesivo) al bienestar material y a los placeres inmediatos (lo quiero aquí, en este momento, sin espera y de la forma en que yo exactamente lo imaginé).

Se exalta y se exhibe la “alegría” de consumir, el bienestar del ocio, la alegría de las vacaciones, el dulce momento del placer y de la vida resuelta, el confort, el gozo de la novedad,  consumimos aquello que tenga una promesa de felicidad implícita, felicidad individual única y exclusiva. Las preocupaciones cotidianas de las masas son “satisfechas” con novedades comerciales presentadas como derechos individuales (que no te digan que tú no puedes tener, es tu derecho).

“Comprad, gozad, esta es la gran verdad” menciona a tono que el lector guste interpretar el buen Lipovetsky.

Conformamos pues, masas de consumo hedonistas, exaltadas y fantasiosas en su individualidad. Este hedonimos individualista trastoca las formas de compra, el consumo. Como mencioné en un principio, buscamos el placer inmediato, exhibir la alegría, el ocio, el confort, el gozo, entre 1949 y 1974 el gasto en diversiones se multiplicó por 3.5. Haciendo mella en el hábito del ahorro y endeudando individuos y familias por cuestión y gusto de las compras impulsivas que generan placer al instante.

Consumimos realidades escapistas, compramos sueños, distracciones, sentimos de “de repente” un gusto enorme por los viajes, el sol, la playa, la montaña, la fun morality.

El absurdo mi amor, el absurdo.

Macu. Kitschmacu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario