Tiempo de lectura: 2 minutos
🔊 Las cosas que no le cuento a nadie:
A veces, me edito entera.
Hay días en los que quiero decirlo todo.
Pero todo es demasiado.
Y entonces lo recorto.
Le bajo el volumen. Le pongo punto y aparte. Lo dejo en borrador. Cambio las palabras.
Calibrar constantemente cuánto mostrar, cuánto decir, cuántos puntos de vista tener y sostener… para no incomodar, no parecer demasiado, no parecer “ambiciosa”... ocupar mi propio espacio.
Una parte de mí aprendió a leer la habitación antes de hablar.
A ser brillante, pero sin deslumbrar demasiado.
A tener razón, con sonrisa, por favor y gracias.
A escribir con filo, pero envuelto en terciopelo.
Y sin embargo, lo sé.
Lo sé desde hace tiempo.
Lo poco también cansa.
Mi pensamiento no es casual.
Y mi voz —la que he afinado con años de dudas, certezas, ensayos, batallas y victorias— ya no quiere contenerse tanto.
Si no hay espacio, lo abro.
Si no hay silencio, lo creo.
Si no hay lugar… lo diseño.
Hoy me escribo esto para recordarlo:
Escribir en libertad. Fuerte, claro, limpio.
Y si alguien se incomoda…
que se acomode.
Macu.Kitschmacu
Sigue explorando el contenido, escucha el Podcast Kitschmacu, episodio: The Gift.
O bien hay mas notas de los textos Las cosas que no le cuento a nadie.
Comparte esto en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario